“Del dicho al hecho”: cuando Product Design ejerce la medicina
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El dicho sería, en este caso, una buena idea. O, simplemente, una idea. Una que luego debería convertirse en un producto digital al servicio de sus usuarios. Desde ese dicho, desde esa idea, hasta la deseada etapa final de ver una aplicación, un sistema o una plataforma web finalizada, hay un “trecho”. De ese trecho se encarga FolcodeWay nuestro método de diseño de productos digitales.
Un camino que recorremos junto al cliente en una experiencia compartida, en una conversación de ida y vuelta que va nutriendo ese viaje con la construcción de una relación de largo plazo. Nuestro proceso es un mapa, una guía que va estructurando y moldeando el camino con dos factores fundamentales:
- La rigidez necesaria para apegar al equipo y al cliente a una metodología de trabajo que garantice el resultado esperado.
- La maleabilidad suficiente para integrar variables creativas, circunstanciales y comportamientos de ajuste, como una parte esperada del trabajo conjunto.
En el artículo pasado titulado modelando conversaciones hacia un producto exitoso me propuse a compartirles la primera etapa de nuestro camino, la primera estación del #FolcodeWay: Product Vision. Una etapa destinada a darle la bienvenida a una idea que proviene del cliente, para así trabajarla, alinearla con el negocio y darle un destino coherente: luz verde hacia el siguiente paso dentro de la construcción de un producto digital.
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Entonces, la idea ya resistió un análisis minucioso desde una perspectiva de negocio en Product Vision. ¿Y ahora qué?
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Una vez en esta instancia, comienza el ejercicio de la medicina de Product Design. La medicina cuyo diagnóstico parte del análisis centrado en el usuario. El norte de todo el proceso es ese futuro usuario que buscará en el producto digital una solución que aliviará ciertas dolencias.
Nuestro equipo de diseñadores UX (por su sigla en inglés: User Experience) se ha vuelto experto en detectar dolores, y ha desarrollado la sensibilidad suficiente como para empatizar hasta el punto más álgido de ese problema del usuario, que los lleva directo, como consecuencia lógica, hacia la búsqueda de una solución soportada por la tecnología, una píldora digital.
El instrumental con el que cuenta nuestro equipo es amplio: se analiza el usuario y la posible solución digital a través de metodologías que realmente aporten información al diagnóstico, para lograr una asertividad total, es decir, puntos reales de conexión con aquellos que se erigen como el centro de todo el análisis: los usuarios.
Luego de ese análisis exhaustivo a través de diferentes técnicas de lo que será una experiencia de usuario placentera y sin fricciones, pasamos a la “parte bonita” del producto digital. Es el momento de pensar en el mejor maquillaje, en el sentido estético, en el disfrute visual que se espera que el usuario obtenga de su interacción con el producto. Además, se le suman contemplaciones que surgen de percepciones psicológicas, intuitivas y funcionales mapeadas desde el diseño gráfico, desde la composición de las diferentes vistas que conformarán el sistema.
En este tiempo, ingresan al consultorio médico los especialistas expertos en conceptualización visual, aquellos que tienen la capacidad de transformar en vistas o pantallas el análisis de los flujos de usuario estudiados por los diseñadores UX, contando la aplicación de buenas prácticas de diseño. Nos referimos a nuestro equipo de diseñadores UI (por su sigla en inglés: User Interface).
Estas vistas o pantallas estarán conectadas entre sí. Respetarán un flujo, una línea argumental que el usuario realizará para llegar a su objetivo final. Los usuarios comenzarán, por ejemplo, por un login, e irán transitando la experiencia digital hasta llegar a una meta: realizar una compra, un registro, la carga de un documento, la solicitud de un turno o cualquier tipo de interacción intencionada. Esa conexión entre vistas que respeta una lógica, que se centra en el viaje del usuario, se materializa a través de un prototipo. Me refiero a una simulación de cómo se verá y cómo funcionará el producto digital final, con todos los componentes visuales e interactivos que lo dotan de una comprensión simple para el usuario.
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Ya en esta instancia, esta píldora digital destinada a aliviar un dolor, está lista para pasar al siguiente nivel: Product Development.
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En Folcode pensamos y trabajamos con una metodología propia, el FolcodeWay nuestro método de diseño de productos digitales, que asegura la construcción de un producto digital eficiente, tomando como concepto de eficiencia no sólo el hecho de entregar al cliente un desarrollo en tiempo y forma, sino también el de generar soluciones digitales de alto impacto, alineadas al negocio, y que solucionen problemas de usuarios reales.
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